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- El dirigible aleman Hindenburg sobrevuela Manhattan
El dirigible LZ-127 Hinderburg junto con su gemelo el LZ-130 Graf Zeppelin II han sido las aeronaves más grandes jamás construidas. Era una maquina realmente impresionante, media 245 metros de largo y 41 metros de diámetro, poseía una capacidad de 200.000 metros cúbicos de gas y alcanzaba una velocidad de 135 Km/h empujado por cuatro motores diesel de 1200 Cv. Era mas largo que 3 Boeing 747 juntos.
Se diseñó para ser llenado y elevado con Helio, que es un gas inerte, no inflamable, pero un embargo del ejercito de estados unidos sobre este elemento obligo a los alemanes a modificar la idea original y adaptarlo para su uso con Hidrogeno. El Hidrogeno es altamente inflamable pero esto en principio no debia suponer ningún problema para los alemanes puesto que tenían una gran experiencia en el uso de este gas y nunca habían sufrido un accidente a pesar de su alta peligrosidad. Para mayor seguridad se recubrió el dirigible con un revestimiento especial para evitar que se acumulara electricidad estática y saltaran chispas que pudieran provocar un incendio. Hasta tal punto llegaba la confianza de los ingenieros alemanes en su capacidad para manejar el Hidrogeno que incluyeron una sala de fumar en la aeronave.
En 1936, durante su primer año de uso comercial, el Hindenburg recorrió por el aire mas de 300.000 kilómetros, transportando 2.798 pasajeros y 160 t de carga y correo. Cruzó 17 veces el Oceano Atlantico, cubriendo 10 veces la ruta hasta EE.UU., y siete la ruta hasta Brasil. En julio de ese mismo año, consiguió un nuevo record al cruzar dos veces el océano en 5 días, 19 h y 51 min.
El mundo entero estaba impresionado por las capacidades de esta increíble aeronave y el futuro de la aeronáutica parecía perfilarse con un gran protagonismo de los dirigibles en el transporte aereo de pasajeros y carga, pero un fatal accidente truncó todas estas expectativas.
El 6 de Mayo de 1937, tras haber cruzado de nuevo el Atlántico y después de haber esperado durante horas a que remitiese la tormenta que se estaba desencadenando, el Hindenburg soltó amarrras junto a la torre de desembarco de la Estación Aeronaval de Lakehurst en Nueva Jersey. De pronto se prendió fuego en la popa, probablemente a causa de la electricidad estática que había en el aire. El recubrimiento especial con que se había dotado al zepelín no solo no impidió que se desencadenase el fuego, sino que posteriores investigaciones parecen probar que los materiales que se utilizaron para construir dicho revestimiento pudieron contribuir de manera fatal a su propagación. En menos de 40 segundos el dirigible ardió por completo y sus restos se precipitaron hacia el suelo. De las 97 personas que viajaban a bordo entre tripulación y viajeros,, 35 perdieron la vida, la mayoría quemadas o aplastadas bajo la enorme estructura. Era el primer vuelo transoceánico con pasajeros que llegaba a suelo estadounidense ese año y numerosos periodistas estaban presentes para cubrir el evento, por lo que el terrible suceso tuvo una amplísima cobertura mediatica. Peliculas, fotografías, narraciones radiofónicas…Las dantescas imágenes de pasajeros saltando del coloso en llamas, el infierno y el horror desencadenados en tan breve tiempo y la desgarrada narración radiofónica del locutor Herbert Morrison retransmitiendo el dantesco espectáculo que estaba presenciando dieron la vuelta al mundo generando una enorme desconfianza y rechazo a este tipo de transporte. Tras el desastre del Hindenburg se inicio una investigación sobre lo ocurrido que termino con la orden de Adolf Hitler de cerrar la flota de dirigibles comerciales.
El LZ-130 Graf Zeppelin II, la nave gemela, fue terminado posteriormente a estos sucesos, pero ya nunca llegó a realizar ningún transporte de pasajeros, limitandose a participar sin demasiado éxito en algunos experimentos militares hasta que fue definitivamente retirado del servicio.